sábado, 10 de noviembre de 2018

El Capitán (Der Hauptmann)

Whola Lawrenianos,

En el Festival de Cine de San Sebastián del año pasado (2017) se presentó a última hora una película que sorprendió a la crítica, obteniendo el premio a Mejor Fotografía, además de recibir numerosas alabanzas por su "frescura", demostrando que aún quedan muchas historias interesantes y desconocidas que contar sobre la Segunda Guerra Mundial (IIGM), a pesar de que hayan pasado 73 años desde que esta terminase.


El Capitán (Der Hauptmann) nos presenta la historia (basada en hechos reales) de Willi Herold (Max Hubacher), un soldado alemán de 19 años que en Abril de 1945 (un mes antes de que Alemania se rindiese) se desperdigó de su pelotón, lo que a los ojos de las SS era sinónimo de deserción=alta traición. La suerte hace que encuentre una maleta con un traje de capitán de la Luftwaffe (fuerza aérea alemana) y decide probar suerte haciéndose pasar por capitán, asegurando que está llevando a cabo una misión ordenada por el mismísimo Further para evaluar el estado de la situación en el Frente.



Con esta premisa el director Robert Schwentke nos invita a adentrarnos en una aventura de supervivencia con la que la mayoría de espectadores pueden sentir empatía al principio de la cinta, comprendiendo que el protagonista haga lo necesario para sobrevivir, ¿y quién no lo haría?.

La cosa se complica cuando este soldado descubre que el traje de capitán no sólo le permite sobrevivir un día más, sino que además le otorga una serie de poderes y privilegios a los que Herold cae rendido. Al principio el protagonista es víctima de las "responsabilidades" que acarrea llevar puesto el traje pero mientras avanza la película vemos como, el que hasta ahora era un soldado raso del ejército alemán, poco a poco se va convirtiendo en un capitán sádico y megalómano que en un su viaje a los infiernos del Tercer Reich no dudará en masacrar a quien haga falta para mantener su status y privilegios, alcanzando su máximo nivel de sadismo y miseria (humana) al ordenar acribillar a más de 125 presos alemanes.



Si no fuera por la gravedad de los hechos perpretados por este criminal casi sería cómica la manera en que en varias ocasiones consigue salir airoso cuando parecía que le iban a meter una bala entre ceja y ceja.



Considero un acierto que hayan rodado en blanco y negro la película, haciéndola visualmente más atractiva para el espectador.

Respecto al elenco de actores, todos defienden muy bien su papel aunque realmente son tres o cuatro los que realmente tienen algo de peso en la trama. Personalmente destaco los dos actores que para mí se echan a la espalda la película:
  • Max Hubacher: Fantástico el papelón que hace, viendo la progresión de su personaje a medida que sus camaradas van cayendo rendidos ante su supuesto rango de capitán. Si contrastamos sus primeras escenas huyendo de los soldados de las SS y con el final de la película en ese frenesí de alcohol, sexo y justicia callejera, podremos "comprender" (gracias a la evolución del personaje, cómo ha acabado en ese éxtasis, en ese orgasmo de poder) muchas de las barbaridades perpretadas por los nazis en la IIGM.
  • Milan Peschel: Borda su papel como ayudante del Capitán, admirarándolo al principio como "hombre de justicia" pero poco a poco, hacia mitad de película, comienza a cuestionar internamente las órdenes del mismo... ¿es correcto todo esto?

Para terminar, os propongo un apellido para la película: El Capitán, cuando la realidad supera a la ficción.

Espero que os haya gustado esta crítica.

Un abrazo Lawrenian@s!

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