domingo, 13 de octubre de 2019

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana… Los VideoClubs

Whola Lawrenian@s!!!



Permitidme que me tome la licencia de usar esta frase de Star Wars para empezar de manera divertida este artículo que tiene como objetivo poner en valor una forma de distribuir películas que en su época fue una auténtica revolución y, sobre todo, una forma asequible de que el público visionara películas que no habían podido ver en el cine o títulos que salían directamente para el mercado doméstico o por el placer de revisionarlas en un momento en el que no existía internet ni streaming.


Estos locales, los videoclubs, eran un autentico paraíso para los amantes del cine y, a día de hoy, los pocos que quedan en nuestro país, tratan de sobrevivir a duras penas en un momento en el que internet lo devora absolutamente todo. Os invito a acompañarme en este viaje que recorrerá los orígenes de los videoclubs, sus mejores momentos y su declive.


Antes de nada, necesito que cerréis los ojos y mentalmente os imaginéis a vosotros mismos viviendo en un mundo sin streaming, sin móviles, sin internet, sin películas en formato doméstico y sin reproductores de video. Muchos pensarán que este sería un mundo primitivo pero de esto hace apenas 43 años y en ese momento las películas sólo se podían ver en los cines o en la televisión. En España por aquel entonces sólo existían dos canales: La 1 y La 2.


En 1976 la empresa JVC desarrolló el sistema VHS cuyos reproductores tenían un precio que rondaban los 1000 dólares de la época, lo que hacía que sólo las personas con un alto nivel adquisitivo pudieran tener uno en casa. El precio de las películas VHS tampoco se quedaba atrás, 50 dólares costaba cada una.


Así es como un californiano llamado George Adkinson se dio cuenta en 1977 de que el excesivo precio de las cintas reducía drásticamente su mercado. A día de hoy está totalmente normalizado el comprar películas pero en aquella época, Adkinson pensó que nadie compraría una película para “ver una y otra vez a Burt Reynolds”, algo que sí pasaba con los discos de música que se escuchaban varias veces. Decidió entonces montar un negocio en el que compró 50 películas de Fox para luego alquilarlas, lo que les permitía amortizar el precio de las cintas aumentando el número de clientes potenciales. Es decir, si una cinta cuesta 50 dólares y se la vendo a una persona, ganas menos dinero que si la alquilo por 5 dólares a 50 personas, obteniendo 250 dólares… y la cinta sigue siendo de tu propiedad para seguir alquilándola.


De esta manera nació el primer videoclub de la historia, el cual se llamó Video Station y fue un rotundo éxito logrando tener más de 600 franquicias en EE.UU.



Como siempre pasa, lo que ocurre al otro lado del charco tarda en llegar a España y no fue hasta tres años después (1980) cuando llegó el primer videoclub a nuestro país en un momento en el que aún pocas familias tenían reproductor VHS en sus casas. Ya en la década de los 90 era habitual que en la mayoría de casas hubiera un video por lo que empezó en este momento el boom de los videoclubs.

En aquella época, alquilar una película era, para un joven, una de sus primeras responsabilidades ya que tenía que hacerse socio del videoclub y, para ello, debía ir con su DNI y llevar un recibo de luz, gas, agua… para que el dueño del establecimiento pudiera verificar que eras de fiar pues si no devolvías a tiempo alguna película, aquello conllevaría una multa que podía llegar a hacerte bastante daño en el bolsillo. No hablemos ya si no devolvías la cinta o estaba en mal estado, lo que provocaba que el videoclub no pudiera seguir alquilándola.


Firmado ese “contrato” con el videoclub (que en muchos casos iba acompañado del pago en una cuota de socio), te hacían entrega de un carné plastificado que te daba acceso al inmenso catálogo de películas que iban desde estrenos recientes que ya no estaban en cartelera a películas de serie B o incluso te daba acceso a la zona para adultos que solía estar en una zona apartada con una cortinilla y que, por supuesto, nadie entraba a curiosear, guiño, guiño.


Y claro, en este momento en el que los videoclubs empiezan a hacer sombra a los cines, es cuando llega Blockbuster, la multinacional americana de videoclubs más grande del mundo, fundada en Texas en 1985 y que en 1992 llegó a España, abriendo cientos de tiendas en pocos meses por todo el país y consiguiendo los mejores y más grandes locales, los cuales podían medir varios cientos de m2 y estaban repletos de títulos con los mejores estrenos.


Mientras tenía lugar esta lucha de gigantes dentro del sector, los tiempos cambiaban y el formato VHS daba paso al DVD y, a su vez, el alquiler de películas recogía también otras fuentes de ingresos como era el alquiler de videojuegos (Super Nintendo, Megadrive, Nintendo 64 o PlayStation) e incluso las propias videoconsolas (esto ya era menos habitual fuera de Madrid o Barcelona). Y claro, ¿qué hacías mientras veías las películas que habías alquilado? Pues comer palomitas, snacks, bebías algún refresco… y así fue como también empezaron a vender este tipo de productos. Es por esto que muchas familias e incluso parejas o amigos se iban el fin de semana al videoclub y salían con entretenimiento para el fin de semana, siendo un planazo para mucha gente.


Era tal el arraigo que estos establecimientos tenían en nuestro país que ni siquiera la llegada de nuevos canales de televisión a finales de los 90 (como Antena 3 o Telecinco) ni tampoco Canal+, que al ser una canal de pago ofrecía mayores posibilidades de entretenimiento con estrenos potentes, pudieron parar el éxito de los videoclubs aunque no quedaba demasiado tiempo para que las piezas de dominó empezasen a estar en fila…

Y así llegamos al año 2000, un año en el que la mayoría de familias ya empezaban a tener ordenadores en casa con grabadora de CDs y DVDs, provocando que las copias piratas llenasen las calles de las ciudades españolas en lo que tristemente se conoció como el “Top Manta”. Esto afectó tanto a la música como a las películas, las cuales tenían una calidad pésima pero que, poco a poco, fue mejorando con los años ganando cada vez más público, el cual aceptaba la baja calidad del producto a cambio de ahorrarse unos euros en comparación con el precio de una entrada de cine.


Siempre se ha hablado de “la pillería de los españoles” y cuando llegó internet a nuestros hogares con las famosas tarifas planas que permitían descargar megas ilimitados a una velocidad bastante decente para la época, rápidamente surgieron programas de descarga de todo tipo de contenidos conocidos como P2P. Algunos como Kazaa, Emule, eDonkey o Ares, son de sobra conocidos por todos nosotros, los cuales ponían al alcance de la mano millones de contenidos gratuitos, muchas veces de pésima calidad, pero que provocaron que mucha gente se preguntase: ¿Para qué voy a vestirme, bajar a la calle, ir al videoclub y pagar para alquilar una película si dando a una tecla me descargo esa misma película desde mi habitación de manera gratuita sin que me cueste ningún esfuerzo?


Contra esa competencia luchaban los videoclubs y aguantaron la primera embestida pero las fichas de dominó ya estaban puestas en fila, eran los videoclubs y la primera ficha ya empezaba a tambalearse…

Fue con la mejora de la velocidad de internet y con la llegada de BitTorrent y Megaupload que esa primera ficha de dominó terminó cayendo, provocando un efecto en cadena y que terminó con el cierre de la mayoría de videoclubs, siendo en 2006 cuando Blockbuster echó el cierre en todas sus tiendas en España y cuatro años después declarándose en quiebra.

A día de hoy, tan sólo queda abierta una tienda de esta compañía en la ciudad de Bend, en el estado de Oregon (Estados Unidos), en la que la supervivencia de este videoclub se debe a que es una ciudad de paso para muchos turistas que hacen escala en la ciudad y, además, como bien sabemos, las regiones en América son muy extensas y en esta ocasión, eso favorece a este comercio pues hay muchos pueblos aledaños a Bend que no tienen acceso a internet de alta velocidad, impidiendo que sus ciudadanos puedan disfrutar de plataformas de contenidos de Streaming.


Hoy en día, estas plataformas vienen a dar un servicio muy parecido al que daban en su día los videoclubs: pagar una cuota mensual a cambio de tener acceso ilimitado a todo su contenido: cine y series. Por supuesto, hablamos de plataformas completamente legales como Netflix, HBO, Amazon Prime, Movistar+…


Los tiempos cambian y la sociedad cambia con ellos, nada podemos hacer para evitarlo, sólo adaptarnos. Espero que los pocos videoclubs que quedan en pié sean capaces de aguantar este último asalto, de nosotr@s depende.
 
Espero que os haya gustado este artículo.

Un abrazo Lawrenian@s y, recordad, Nada está escrito

sábado, 5 de octubre de 2019

Joker

Whola Lawrenian@s!!!

Hoy es un gran día para hablar de cine con mayúsculas y, sobre todo, para hacer justicia con respecto a muchas tonterías que se han dicho en torno a esta película por personas más preocupadas por hacerse los resabidill@s en esto del séptimo arte que por argumentar sus opiniones en verdaderos debates. Pero claro, para debatir hay que estar preparado con argumentos sólidos para convencer a la otra persona y, a su vez, hay que estar abierto a que quizás no siempre tengamos la razón, ser humildes y dejar que nos convenzan siempre y cuando los argumentos tengan el peso suficiente para convencernos.


Perdonad que empiece este artículo de manera tan hardcore pero es que hay muchos "expertos" en esto del cine que llevan meses dándonos la turra por redes sociales con el privilegio de que ellos ya habían visto la película con pase de prensa y claro, ¿cómo le rebates a esta gente las tonterías que dicen si tu aún no has visto la película? Pues hoy vamos a ponerle remedio a eso ya que, por fin, se ha estrenado el Joker y podemos hablar largo y tendido sobre ella.

No me andaré con rodeos: Joker es una muy buena película pero no es una obra maestra porque tanto su mayor acierto como su peor defecto es su protagonista, Joaquin Phoenix, que está tan desorbitadamente sobervio que eclipsa todo lo demás que pasa en la película haciendo que no te importen los actores secundarios ni las posibles tramas secundarias que podrían haber habido pero el director, Todd Phillips (que es muy listo) sabe que el éxito de la película radica en la magnífica actuación de Phoenix y niega al espectador el desarrollo de otros personajes principales/secundarios y tramas porque sabe que se le hundiría la película.


Como digo, toda la película gira alrededor de Arthur Fleck (Joaquin Phoenix), un adulto cuyo único objetivo en la vida es hacer reir a los demás pero, por desgracia, Arthur es invisible para los demás... ¿Recordáis eso de "hay quien nace con estrella y quien nace estrellado"? Pues Gotham es la peor ciudad para nacer "a secas", una ciudad podrida por dentro junto a sus habitantes que parecen incapaces de empatizar con Arthur debido a sus peculiaridades como, por ejemplo, que sufre un desorden psicológico que hace que se ría de manera descontrolada cuando emocionalmente siente tristeza o miedo, algo que, como veremos en la cinta, le provoca más de un problema serio.


Sin embargo, Arthur no dejará de perseguir su sueño de hacer reir a la gente y vemos como se repone ante la adversidad en varias ocasiones pero con cada zancadilla que la sociedad le pone, Arthur va perdiendo poco a poco la percepción de la realidad para crear la suya propia como si de un espejismo se tratase. Es esa su vía de escape para salir de una vida miserable en la que poco a poco esa sociedad le va ahogando, le va arrinconando contra las cuerdas mientras le recuerdan que no es nadie, que no tiene talento alguno, robándole cada momento de protagonismo y anulando su persona hasta que, por fin, siendo invisible, golpea a la sociedad de tal manera que se convierte en leyenda.


Como decía John Doe (Kevin Spacy) en Seven (David Fincher): "Si quieres que la gente te escuche, no puedes limitarte a darles una palmadita en el hombro, hay que usar un mazo de hierro". Eso es algo que Arthur descubre, que los habitantes de Gotham están dormidos y va a despertarles pero no con fines políticos ni por montar una revolución contra los poderosos que oprimen al pueblo.... No, todo eso a él le da igual ya que sólo busca ser visto, no ser invisible para los demás. Un mensaje un poco egoista pero muy humano, y es a su vez un mensaje que no todo el mundo ha entendido porque hay quien cree que Arthur es un héroe que lucha por las clases trabajadoras y más desfavorecidas, animándoles a salir a las calles para recuperar sus derechos. Nada más lejos de la realidad. Repito, a Arthur le da exactamente igual la sociedad, a él lo que le preocupa es que la sociedad no se está fijando en él y es eso lo que quiere cambiar, quiere ser reconocido y aceptado como se ve en esa realidad paralela en la que hace de público en el show de De Niro y pasa de ser uno más en la grada a que el público se ría de él y, finalmente, que el público lo ovacione bajo el respaldo del presentador, convirtiéndose en el protagonista del show. 


Ese este uno de los mayores aciertos de la película, el dibujar un villano completamente humanizado con el que el espectador puede empatizar, algo que no pasaba con el Joker de Jack Nicholson que era excesivamente histriónico o el de Heath Ledger, un Joker que quería ver el mundo arder. Y si podemos empatizar con Arthur es por la increible interpretación de Joaquin Phoenix que hace un trabajo actoral espectacular tanto físicamente con esa extremada delgadez que en algunos momentos cuando está dando de sí los zapatos resulta mostruosa como con su  maestría con la gesticulación, dominando cada músculo de su rostro en un ejercicio de brillantez abosluta que recuerda a la de un mimo. Desde el arranque de la película con esa escena de Arthur pintándose la cara blanca de payaso para ir a trabajar, en una escena que podría ser perfectamente muda, nos recuerda a los grandes actores del cine mudo con Chaplin o Buster Keaton, con esos rostros pétreos pintados de blanco pero con unas miradas cargadas de tristeza que te destrozan por dentro.


La intensidad con la que Joaquin Phoenix dota a su personaje es increible, con una expresividad corporal y unas miradas que es una escuela de cine, el cómo contar algo sin necesidad de palabras, tan solo miradas. Eso es cine con mayúsculas.


Los actores secundarios como Robert de Niro, Zazie Beetz, Brett Cullen o Frances Conroy están bien pero tampoco aportan valor alguno a la cinta, cumplen su cometido pero en ningún momento tienen arco de desarrollo ni hay aportan nada a la trama, es decir, su función es simplemete que Arthur brille y este lo consigue.  Miento, hay una escena en un baño con una conversación entre Arthur y Brett Cullen que es importante por lo que le revela en esa conversación, creo que es el único secundario que en un momento en concreto ayuda a dirigir a Arthur en una dirección concreta. Salvando todas las distancias esto me recuerda a la película Sopa de Ganso en la que todo en esa película estaba colocado con el único objetivo de que Groucho Marx brillara, era la estrella y su director, Leo McCarey, sabía que él era quien se llevaría el gato a agua e hizo que toda la trama, diálogos y actores girasen alrededor de Groucho para que éste rematara cada escena con brillantez.


Hay quien dice que esta película es muy violenta y bastante dura, no a nivel visual sino psicológico pero creo que no es así, es una película que muestra a la sociedad tal y como es, con sus luces y sus sombras. No hay nada de lo que nos cuentan en la cinta que nos impresione o nos impacte ya que, por desgracia, la realidad supera a la ficción. Vivimos en una sociedad impasible ante los dramaticos acontecimientos que suceden cada día: casos de pederastia, violencia de género, parricidio, guerras, hambruna, corrupción, clasismo social, cambio climático... y nos da igual mientras no nos toque de cerca porque no tenemos conciencia social, no pensamos en el NOSOTROS, pensamos sólamente en YO, en sobrevivir un día más. Y de eso trata Joker, de una sociedad podrida que aplasta a personas como Arthur que son carne de cañón.


Esto lo hace genial la película, el ponernos un espejo delante en el que los espectadores nos miremos como sociedad y nos muestra nuestras vergüenzas. Sin embargo, la película no consigue en ningún momento removernos por dentro con todas las cosas dantescas que a Arthur le pasan, nos impacta su reacción, cómo le afecta lo que sucede pero no el suceso en sí, ni cuando vemos las palizas que le dan a Arthur, ni cuando descubrimos su pasado con esa terrible infancia ni cuando comete diversos asesinatos y eso es un fallo enorme de guión y de dirección. Para que entendáis a lo que me refiero, cuando vemos Senderos de Gloria de Kubrick, es imposible no acabar destrozado por esa película que pasa por el espectador como una apisonadora o, por ejemplo En el nombre del padre. A eso me refiero, a que son películas que te hablan de injusticias horribles que remueven al espectador por dentro y te incomodan, tanto por el guión, por cómo nos lo muestra el director en pantalla como por el trabajo de los actores. ¿Recordáis en La milla verde la escena de la silla eléctrica con la esponja seca? A eso me refiero, al sadismo que hay por parte de las personas que ejercen el poder, cualquier tipo de poder.


Creo que también puede ser que la película llega tarde con ciertos mensajes. Me explico. Hace unos años seguramente todos los sucesos que marcan la vida de Arthur de manera negativa podrían haber sorprendido al público que estaría menos contaminado de la realidad pero hoy en día dudo de que a alguien le impacten todas esas cosas si por ejemplo ha visto una serie como Minthunter que precisamente demuestra cómo muchos de los asesinos en serie de la historia de América empiezan a crearse en su infancia por la falta de cariño de sus padres, que viven en familias desestructuradas bajo humillaciones constantes, violencia, abusos... Y es una serie que consigue con una sensillez pasmosa mostrarte el rostro del mal, removiéndote por dentro en muchos momentos.


Todo lo que te impacta e incomoda en esta película es gracias a Joaquin Phoenix, por eso (entre otras cosas) este actor merece el Oscar, porque se echa la película a las espaldas y la pone a un nivel de obra maestra pero falla todo lo demás que he explicado, por eso para mí es una película de un 8,5 o un 9, una grandísima película pero no es una obra maestra.


La fotografía es uno de los grandes aciertos de esta cinta consiguiendo hacernos vibrar con cada fotograma de película, mostrando la decadencia de esa ciudad que en muchos momentos me ha recordado a las ciudades que muestra David Fincher en películas como Zodiac, El club de la lucha o Seven. La música, por su parte, suma enteros a la actuación de Joaquin Phoenix para hacer que la evolución de Arthur hacia la locura sea una experiencia mucho más inmersiva para el espectador. Con notas de que van desde la comedia, la alegría, el drama, el puro clown... hasta el terror en esa escena en casa de su vecina que da mucho miedito...


Con respecto a todo el tema referente a la cultura de Batman que tanta polémica han creado sobre si esta es realmente una película de super héroes y demás, yo lo tengo muy claro: esta no es una película de super héroes y si alguien se empeña en meterla en ese género, demostrará su poco conocimiento del género porque lo único que Joker (la película) tiene de super héroes es que es un personaje de cómic y, a futuro, es el super villano contra el que tendrá que verse las caras Batman. Pero lo dicho, si esta película es de super héroes, también lo son Robocop, Camino a la Perdición, V de Vendetta (en esta sí que se buscaba provocar una revolución).

Tras ver la película, sigo creyendo que el llamarla Joker ha sido una decisión por puro marketing ya que todo lo referente a Batman no tiene peso en la trama en sí, les cambias los nombres a la ciudad, al que se presenta a alcalde y a su hijo y la película funcionaría exactamente igual.


Poco más puedo añadir sobre esta película, que tenéis que verla en cine SI o SI, que Joaquin Phoenix está increible y se merece el Oscar, que es la mejor película del año (no creo haya sido muy complicado tampoco) pero está lejos de ser una obra maestra y mucho menos ser la tercera mejor película de la historia como se ha publicado recientemente en el top (ranking) de Filmaffinity. En serio, creo que el Joker no es el único al que se le ha ido la olla...

Espero que os haya gustado esta crítica.

Un abrazo Lawrenian@s y, recordad, Nada está escrito